Controlar y regular los niveles de pH y cloro del agua para mantener un equilibrio químico adecuado, asegurando la desinfección y evitando irritaciones o infecciones en los usuarios. Aplicar tratamientos químicos como anti-algas, antical, floculantes y funguicidas para mantener la calidad del agua y evitar problemas como turbidez, proliferación de algas o hongos. Realizar la limpieza física diaria de la piscina, que incluye cepillado de paredes y suelo, aspirado, limpieza de filtros, desnatadores y elementos externos como bordes y trampas de cabellos. Operar y mantener los equipos de la piscina, como bombas, filtros, válvulas y sistemas de recirculación del agua. Realizar análisis periódicos del agua con kits profesionales, interpretar los resultados y ajustar tratamientos según sea necesario. Llevar registros diarios de operación, dosificación de productos químicos y control sanitario para asegurar el cumplimiento de normativas.